Edificio de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, construido en 1912, constituye la sede de la comunidad propietaria de las aguas para el regadío.
Las heredades de aguas, entre ellas las de Arucas y Firgas, nacen a partir del siglo XV, al darse por terminada la conquista de Gran Canaria. Posteriormente, y por orden de los Reyes Católicos, sería el conquistador Pedro de Vera quien realizara el reparto de las tierras y aguas conquistadas en 1480. El 4 de diciembre de 1531 se publican las primeras ordenanzas para reglamentar los riegos y policía de las aguas. Estas ordenanzas estuvieron en vigor hasta la reforma de la Legislación Española, ocurrida a mediados del siglo XIX. Tras la publicación de la Ley de Aguas de 1856, las Heredades eligieron sus organismos, sus Juntas de Gobiernos y la autoridad pasó al presidente de los nuevos organismos directivos. Esto ocurría en el año 1878. En lo que se refiere a la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, su primer presidente fue Bruno González Castellano.
La distribución del agua se consigue mediante el "andulamiento", que es la división del agua disponible para el riego entre, normalmente, 30 días (para Arucas fue de 31 días). Cada heredero tiene derecho a regar el día que le toque su dula o turno.
REPARTO (CANTONERAS)
El agua corre desde el naciente hasta las cajas de reparto, llamadas cantoneras, que tienen tantas bocas como partes en que se divide el agua diariamente. La cantonera de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas tiene veinticuatro bocas, que son exactamente iguales. La hora es el elemento regulador del riego. Las medidas del agua son las siguientes:
- una suerte = de 24 horas
- una azada = de 24 o de 12 horas (según los heredamientos)
- un día = 12 horas
- una cuarta y alberconada = 3 horas
- una gruesa = 1 hora
La azada de 12 horas puede ser variable en cuanto a los metros cúbicos, pero puede calcularse a razón de 10 litros por segundo, lo que nos da 432 metros cúbicos de agua. Además del cultivo de la caña de azúcar, los canarios también llevaron a América sus sistemas de riego, como lo demuestra el hecho de que en la ciudad de San Antonio (Texas) fue poblada por canarios procedentes de Gran Canaria, Tenerife, La Palma y, sobre todo, Lanzarote. La presencia de elementos como la llamada dula, tan característicos en canarias, en archivos de aquella ciudad son una prueba fiel de la importancia de los sistemas de regadío en Canarias.
EDIFICIO DE LA HEREDAD DE AGUAS
Frente al Jardín Municipal de la Ciudad, en la calle de la Heredad, se encuentra la sede de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, edificio que alberga la mancomunidad de propietarios de las aguas para el regadío. La actividad desarrollada por este organismo constituye una pieza clave en la historia de la ciudad. La ingente construcción de acequias de piedra, cantoneras y presas, posibilitó el auge económico de la Villa de Arucas, tras lo que siguió la construcción de algunos de los más relevante edificios de la posterior ciudad de Arucas, entre los que destacan Las Casas Consistoriales (1875), el Puente de Arucas y Tenoya (1860/1872), el Mercado de Arucas (1882), la Iglesia de San Juan y el propio edificio de la Heredad en 1909 entre otros.
A pesar de su antigüedad, la comunidad de propietarios del agua no contaron con local propio hasta el año 1912. La construcción de esta magnífica obra, de cúpula gallonada y excelente decoración de piedra de Arucas, se acordó levantar en 1909. Los planos fueron diseñados por el arquitecto Fernando Navarro. Los trabajos concluyeron en 1912, instalándose un año más tarde, el reloj que, desde entonces, marca, junto con el de la Iglesia de San Juan, el ritmo de la vida ciudadana.